“Un constructor de comunidad”: Francisco Rico-Martínez recibe el Premio Guthrie a título póstumo en una noche para el recuerdo
“Era un constructor de comunidad. Creía que no podemos hacer el trabajo que hacemos sin ser solidarios y construir comunidad a través del prisma de los derechos humanos.” Así describía Loly Rico, Directora Ejecutiva del FCJ Refugee Centre, a su esposo, el fallecido Francisco Rico-Martínez, durante la ceremonia de entrega del Premio Guthrie 2023, otorgado a título póstumo este miércoles por The Law Foundation of Ontario al hombre que, siempre junto a la propia Loly, fue Codirector y alma del FCJ Refugee Centre durante 30 años, hasta su fallecimiento en 2021.
“El nombre de Francisco Rico-Martínez es sinónimo de los derechos de los refugiados”, dijo Linda Rothstein, presidenta de la Junta de la Law Foundation, cuando se anunció el premio. “Dedicó su vida a ‘caminar con las personas desarraigadas’ (el lema del FCJ Refugee Centre), y utilizó su voz apasionada y su empatía para inspirar un sistema de inmigración más justo, equitativo y humano.” El Premio Guthrie, galardón emblemático de la Law Foundation, reconoce a defensores excepcionales del acceso a la justicia.
Fue una velada inspiradora y emotiva para todos los asistentes a la ceremonia de entrega del premio, más de cien personas entre familiares, colegas, amigos, miembros de la comunidad… Todos reunidos para celebrar la vida y el legado de Francisco.
Loly Rico recibió el premio en nombre de Francisco, acompañada de la hija de ambos: “Con Francisco, lo que veías era lo que recibías. Era el tipo de persona que realmente predicaba con el ejemplo”, dijo. “Creía que cada persona no solo merece una vida digna, sino que también puede contribuir a la sociedad. Para muchos de mis colegas se convirtió en un mentor, un confidente, un amigo, un maestro. Además, era una persona que siempre empujaba al máximo. Creía que siempre podíamos ir más allá. Al mismo tiempo, era un constructor de comunidad. Creía que no podíamos hacer el trabajo que hacemos sin ser solidarios y construir comunidad a través del prisma de los derechos humanos”, añadió Loly.
“Francisco creía que cada persona no solo merece una vida digna, sino que también puede contribuir a la sociedad”
En su discurso, Loly rindió homenaje a Francisco leyendo la última carta que este escribió para incorporarse al Department of Imaginary Affairs Canada. En esta carta, dijo Loly, Francisco compartía su visión de “un mundo justo donde todos podamos cumplir nuestros sueños y vivir con dignidad”, imaginando un futuro utópico para Canadá como “un arco iris hecho de todos los colores de la humanidad viviendo juntos”. “He dedicado toda mi vida en Canadá a influir en la creación de políticas, programas y servicios para la integración de los nuevos canadienses, reinventando el hogar y el deseo de pertenencia bajo el concepto de personas diversas, una comunidad. Quiero compartir mi pasión por lo que hago. El trabajo de mi vida es por los derechos y la protección de los refugiados y migrantes precarios en Canadá o dondequiera que estén”, escribió Francisco.
También recordó a Francisco Sharry Aiken, Presidenta de la Junta Directiva del FCJ Refugee Centre, Profesora Asociada de la Facultad de Derecho en la Universidad de Queen, y que apoyó la candidatura de Francisco. “A través de su largo mandato como codirector del FCJ Refugee Centre, como presidente del CCR, y con sus amplias contribuciones pro bono como voluntario y activista, Francisco realmente encarnó los valores que reconoce el premio Guthrie”, dijo.
“Como defensor de los refugiados y otras personas desarraigadas, el trabajo de su vida se centró en promover el acceso a la justicia y la justicia misma para los residentes más marginados y vulnerables de nuestra provincia. Su vida y su carrera encarnaron un profundo y permanente compromiso con el servicio y con hacer del mundo un lugar mejor y más justo para todos”, añadió Aiken.
Aiken destacó que Francisco “organizaba concentraciones, encabezaba campañas de recaudación de fondos para la comunidad, participaba en una incisiva defensa de la política y tenía un historial verdaderamente impresionante de encontrar la manera de sortear cualquier obstáculo legal”. A través de artículos de opinión en medios impresos e innumerables apariciones en noticiarios y programas de asuntos públicos, Francisco fue una voz destacada de los derechos de los refugiados y los inmigrantes en Canadá”.
“Francisco también fue siempre amable, generoso y compasivo con sus clientes, colegas de profesión, amigos e incluso con sus adversarios en el gobierno”.
Francisco, dijo Aiken, “también fue siempre amable, generoso y compasivo, con sus clientes, colegas de profesión, amigos e incluso con sus adversarios en el gobierno. Que algunos de esos adversarios asistieran a su misa funeral en la iglesia católica de Nuestra Señora de Lourdes dice mucho”.
La vida de Francisco también fue honrada y recordada por la Hermana Lois Anne Bordowitz (FCJ), ex presidenta de la Junta Directiva del FCJ Refugee Centre. La Hermana Lois Anne se unió al Centro en 1996, trabajando con Francisco, y sigue ejerciendo como voluntaria, tanto en la oficina, como en el Centro de Retención de Inmigrantes de Toronto.
“Una de las cosas que más me impresionó siempre de Francisco fue su respeto por las mujeres. Siempre fue codirector con su esposa, Loly, lo que tenía muchas implicaciones, incluida la igualdad salarial. Promovió muchos programas para mujeres en el FCJ Refugee Centre durante los últimos 30 años”, afirmó.
“Francisco era un gran creyente en el potencial de una persona y era capaz de ayudar a hacerlo realidad”, dijo la Hermana Lois Anne. “Siempre le recordaré como un gran amigo y un apasionado defensor, que se comprometió a mantener la puerta siempre abierta para los refugiados”, añadió.
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